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20 de JulioPor: Dr RockEdición: 20Luego de un retiro espiritual de varios meses, el Doctor Rock retomó sus periplos por la ciudad. Esta vez se fue para el 20 de Julio a brindar entre ostias y escapularios por la edición 20 de Cartel Urbano. El 20 de Julio es el día de la colombianidad. Cómo no serlo si al amparo de esa fecha se mezclan dos de las características más destacables del pueblo colombiano: el patrioterismo y el fanatismo religioso.El grito, declaración y acta de independencia, con permiso del virrey, resaltaba la fidelidad y obediencia al soberano español, eso sí, pedían que los cargos burocráticos de importancia fueran asignados a los hijos de ibéricos nacidos aquí, quienes se consideraban tan españoles y europeos como los venidos de la madre patria. Los llamados criollos no se habían mezclado racialmente y por lo tanto el citado movimiento independentista no tenía en cuenta ni velaba por los derechos de los mestizos, los indígenas y los negros.Igual, el calendario de efemérides patrias registra esta fecha como el Día de la Independencia y se celebra con atemorizantes desfiles militares, donde se hace alarde del poderío del armamento y de las tropas y de paso se manda un mensaje sobre lo que le espera a quien se atreva por estos tiempos a declarar la independencia.Como homenaje a tan importante día, muchas ciudades de la amada patria decidieron nombrar con esta fecha del signo cáncer a uno de sus barrios, y Bogotá no podía ser la excepción. Al sur de la ciudad se desarrolló con el tiempo algo que algunos llaman fanatismo, otros devoción, otros fe y otros pura y física falta de oficio y una oportunidad para hacer billete. Me refiero al culto al Divino Niño Jesús del 20 de julio.Por allá en los años cuarenta el cura italiano Juan del Rizzo, salesiano, aprovechó unos campos desolados que poseía su comunidad para propagar entre los campesinos recién llegados a la urbe la devoción, culto y adoración de una imagen del Divino Niño. Historias de madres que encontraron a sus hijos perdidos, hombres que dejaron la bebida, enfermos que sanaron, alguno que se ganó la lotería y toda solución milagrosa que se pueda uno imaginar, extendieron la leyenda y el sector se fue llenando de gente.Buscando el milagritoUn domingo cualquiera me fui a visitar al “amigo que nunca falla”. Para llegar al santuario debí atravesar varias cuadras de mercado persa, entre cucos, tangas brasileñas, sostenes, tenis chiviados, camisetas de “patito feo”, lechona tolimense, tamales, buñuelos, mendigos con cara de sufrimiento para inspirar lástima, veneno para ratones, pulgas y cucarachas, planes de moviestar, la última moda para quienes no están en la onda del mall, velas, veladoras, velones, camándulas, rosarios, escapularios, afiches del niño y de viejas pechugonas, cubrelechos, manillas tricolor, baba de caracol, en fin, dígame que quiere y yo se lo consigo.Divino Niño Superstar, icono pop, su imagen se ve por toda la ciudad, en collares diseñados por Mercedes Salazar y en colgantes de mercado artesanal.Después de vadear los ríos de gente llegué al mare mágnum. La gran plaza frente al templo era escenario de una misa, era el momento del sermón y el cura regañaba, unos atendían con atención, otros miraban boquiabiertos a la ñerita buenona que dejaba ver sus cucos al borde de su jean descinturado, unos chupaban paleta y otros chupaban trompa, unos recogían el óbolo y otros depositaban sus billetes en las bolsas para los diezmos, policías bachilleres con cara de mamados deambulaban desorientados. Finalmente coroné la puerta de la iglesia y me encontré con otra misa, o eucaristía como le llaman ahora, crucé las naves del templo y oh! sorpresa, en el patio del convento adyacente, estaban pasando la misa en pantalla múltiple de video digital.Tangas brasileñas, tenis chiviados, lechona, veneno para ratones, planes moviestar, camándulas, rosarios, afiches del divino niño, manillas tricolor, baba de caracol, dígame qué quiere y yo se lo consigo.Divino Niño Superstar, icono pop, su imagen se ve en collares diseñados por Mercedes Salazar y en colgantes de mercado artesanal, en camisetas y en toallas, llaveros, vasos y ceniceros. Sus altares se encuentran en las tiendas de barrio y en las busetas, en casas de inquilinato, en apartamentos de propiedad horizontal y en conjuntos cerrados. El Divino Niño da para todos, es fuente de riqueza para todos por igual, laicos y religiosos sacan su tajada. Colombia, país religioso, regido por la Virgen de Chiquinquirá (reina de Colombia), consagrado al Sagrado Corazón de Jesús pero adorador del Divino Niño, “el amigo que nunca falla”. ¡Que viva el 20 de julio!